El aceite de la vida
El aceite de la vida

No se trata de prisas, ni de emergencias, ni de presiones. Sólo aquellos que nacieron encima de ella y cubrieron su piel de arrugas para dar paz a los deseos de una tradición sin fechas, saben que la tierra siempre será el origen, y siempre será el comienzo. Tranquila y mansa; tiene las puertas abiertas y las aberturas de las ventanas no tienen ventanas. Sin muros tampoco, sin vallas y sin marcos delimitantes, todos son bienvenidos, pero sólo aquellos que van a su encuentro con las manos desnudas y los verdaderos sentimientos pueden lograr su ilimitada complicidad.

Es el caso del aceite de oliva, que como las huertas, las legumbres, los cereales o el vino, forma parte de la memoria pura de Galicia, y así fue en el año 14, cuando un puñado de campesinos puso en marcha la Asociación de Productores Aceite y de Aceituna de Galicia, que aglutina hoy en día a 200 productores con más de 180.000 olivos (Picual, arbequina, mansa y brava galegas) plantados; y que en el año 19 certificaron su singularidad con la creación del sello de calidad y garantía que pretende reconocer y proteger el aceite elaborado con aceitunas cultivadas exclusivamente en la Comunidad Autónoma de Galicia.

No se trata de prontitud, ahogamiento o emergencia; en otro tiempo, en otros años, el aceite gallego tuvo un gran reconocimiento por su calidad y propiedades organolépticas, que hoy, tras exhaustivos análisis posibilitados por las nuevas tecnologías, vuelven a emerger, permitiéndole alcanzar los más altos estándares de calidad del mercado. No son rentas del azar, ni créditos de la providencia; se trata de los extraordinarios atributos de nuestra tierra y de nuestra climatología que ha sido infinitamente valorada en el buen hacer de nuestros agricultores durante cientos de años, y que con esta iniciativa debemos rendir homenaje y agradecimiento.

Con las manos desnudas y verdaderos sentimientos nos metemos al agua de este apasionante e inspirador proyecto porque, quien vio la primera luz en la tierra, o a lo largo de los siglos se hizo cómplice de ella, sabemos que esto siempre fue el amanecer y siempre fue el principio; más bien, vida en potencia o vida en movimiento.

Alma Meiga

 La magia de un aceite de oliva virgen extra 10