Tradición. Es una palabra que va totalmente ligada a nuestros mayores, a nuestra tierra y a la manera en la que se vive en ella. Representa todos los hábitos y costumbres que son transmitidas generación tras generación y que forjan la identidad de una familia, de una aldea o de una comunidad en su conjunto.

Principalmente, la tradición de un grupo de personas (ya sea familiar o comunitario) se desarrolla en el día a día, pero consigue su diferenciación y verdadera identidad gracias a fechas tan marcadas en el calendario de todas nuestras abuelas y abuelos como la Nochebuena, ‘la matanza’ o, especialmente, la fiesta patronal o popular de la aldea, seguramente el momento del año más esperado para nuestros mayores, no solo por la alegría que trae consigo, sino también por la carga emocional que representa en relación con su pasado, sus ancestros y sus raíces. Estas celebraciones se convierten en un vínculo entre generaciones, asegurando que la memoria y las tradiciones no se pierdan en el olvido.

Sin embargo, más allá de que perduren estas fechas en el tiempo, lo importante es que la forma de vivirlas no se apague, ya que ahí reside la verdadera identidad de las comunidades.

«La conexión social es uno de los indicadores principales de un envejecimiento feliz y saludable”
(Dra. Gladys McGarey, en su libro ‘Los seis secretos de la longevidad’ que publicó tras cumplir 102 años)

Los grandes protagonistas de las fiestas tradicionales

En estos momentos del año los verdaderos protagonistas son los mayores. Son ellos quienes, con sus recuerdos, historias y enseñanzas, mantienen viva la esencia de estas celebraciones y son también la razón por la cual muchas familias continúan viéndose y juntándose en estos momentos.

El hecho de poder seguir manteniendo estas uniones tradicionales supone un auténtico chute de ilusión y felicidad para estas personas y en especial si habitualmente están en una situación de soledad, por lo que supone sin duda una enorme motivación por seguir sumando experiencias, rodeados de sus seres queridos.

Según Pablo Vivanco, farmacéutico, divulgador y presidente de Ourensividad, la genética tiene un 30% de incidencia en la longevidad, el restante 70% corresponde a la epigenética, y en este sentido mantener una vida social activa es una de las claves, a través del arraigo a las tradiciones y las reuniones familiares, como terapia favorecedora de una longevidad saludable física y mentalmente.

Para la persona mayor el juego contribuye al mantenimiento de la salud, potencia su capacidad funcional y aumenta su calidad de vida y bienestar (Baur y Egeler, 2001)

El impacto de las tradiciones en un envejecimiento saludable

La participación en eventos familiares y comunitarios no solo tiene un condicionante emocional, sino que también influye en la salud y calidad de vida de las personas mayores.

  • Estar y sentirse activos: la llegada de estas fechas implica una enorme ilusión por preparar un plato típico o un postre, pensar en una sorpresa o regalo para los pequeños, o mismamente preparar la casa o cooperar en las actividades de estas fechas, y estos ejercicios suponen un verdadero estímulo vital.
  • Bienestar emocional: las reuniones fortalecen las relaciones familiares y amistades, y reducen el sentimiento de soledad, uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los mayores.
  • Estimulación cognitiva: recordar y compartir historias, participar en la organización de la fiesta o participar en juegos, como las cartas, son actividades que mantienen activa la mente.
  • Actividad física: preparar la celebración, bailar o simplemente participar activamente en una fiesta implica mantenerse en movimiento, algo fundamental para un envejecimiento de calidad.

Ourense, un ejemplo de longevidad arraigada en las tradiciones.

El fenómeno de los centenarios en Ourense pone de manifiesto el papel que juegan las tradiciones en la longevidad. Aquí, las costumbres familiares y sociales están muy arraigadas, especialmente en el rural. Tradiciones como ‘la matanza’ o las fiestas patronales se convierten en verdaderos motores de conexión, que fomentan un envejecimiento socialmente activo, mentalmente sano, pleno y feliz.

Autor: Sergio Gil Pazos.

Referencias:

Baur, R., y Egeler, R. (2001). Gimnasia, juego y deporte para mayores. Barcelona: Paidotribo

Fernández-Ballesteros, R. (2011). Envejecimiento saludable. In Congreso sobre envejecimiento. La investigación en España (pp. 9-11).

Galván, G., & María, A. (2011). Efectos del juego en la autoestima del adulto mayor.

Mascareñas, M. (2024, 29 marzo). Dra. Gladys McGarey. TELVA.

McGarey, G. (2023). The Well-lived Life: A 102-year-old Doctor’s Six Secrets to Health and Happiness at Every Age. Simon and Schuster.

Morillas, M. Á., & Megías, L. R. El Juego de Mesa en Personas Mayores: La Gran Herramienta Social.